El estadounidense Dustin Luke vive desde hace cinco años "enamorado" de la gente y la cultura argentinas, una pasión que le hizo saltar a la fama como "youtuber" por sus "sketches" humorísticos sobre la idiosincrasia porteña y que hoy desgrana de forma "más seria" y profunda en su libro "Bien argento".
"El mundo ya vio un par de vídeos míos pero nunca tuvieron la oportunidad de escuchar realmente mi opinión y lo que realmente pienso de Argentina", más allá de los chistes y el toque jocoso que predomina en las producciones audiovisuales que le catapultaron como vídeo-bloguero de éxito, explicó el joven en conversación con EFE
"Bien argento", de la editorial Planeta, es un volumen en el que describe, con mucho detalle, la forma en la que este "yanqui" ve a esa Argentina que le eclipsó cuando era estudiante en España y le cambió la vida.
Su aventura comenzó en un hostal madrileño donde compartió habitación con un grupo de argentinos y se enamoró de su acento y su expresividad.
Un viaje posterior al país latinoamericano consolidó el flechazo.
Tras más de un lustro viviendo en Buenos Aires, su regreso a Estados Unidos marcó el inicio de su carrera.
Subió un vídeo riéndose de los tópicos porteños que se hizo viral y, en poco tiempo, regresó al país para participar en un programa de la televisión local.
Ahora, con algo más de 361.000 suscriptores en Youtube y 33 millones de visualizaciones, la gente le reconoce por la calle, le saludan y le piden hacerse fotos en cada rincón.
"Bien argento" muestra su opinión y su visión de este país con historias personales, anécdotas y hasta un manual de expresiones y gestos argentinos que, según el autor, serán de gran utilidad para aquellos extranjeros que realmente quieran disfrutar del país como un auténtico local, para lo que "hablar con las manos es clave" y casi "obligatorio"
"Los argentinos cuando te hablan te están comunicando aún más por el hecho de que están hablando con sus manos y tienen otro nivel de comunicación con el lenguaje corporal", destacó Luke.
El estadounidense incluye en su libro un divertido diccionario de gestos, expresiones y palabras de "verdadero argento" porque, según el bloguero, los argentinos elevan a la máxima expresión todas sus acciones.
"Cuando me hablan los argentinos me está llegando todavía más el mensaje, las relaciones son puro contacto y si le llamas a alguien amigo tiene que ser un verdadero amigo", explica respecto a una sociedad mucho más "familiar" que la estadounidense, que "abandona el nido" recién cumplidos los 18 años.
Pero su experiencia no se circunscribe sólo a la ciudad de Buenos Aires, la cual le maravilló por sus increíble arquitectura de inspiración francesa, pues al tener la oportunidad de recorrer el territorio pudo descubrir "otro país y otras culturas muy diferenciadas"
"Cuando vas al norte se siente que es otro país, hablan distintos, la movida es mucho más tranquila y las cosas se relativizan. Si no funciona, mañana arreglamos", agregó.
A pesar de su idilio con el país austral, el norteamericano quiere seguir destilando el mundo, contando sus experiencias en Youtube en castellano y hacerlo siempre mostrando el contraste con Argentina, pero no descarta tener un nuevo flechazo con otras nacionalidades.
"Seamos honestos.
El mundo es enorme y me falta un montón por conocer. Sería muy ignorante por mi parte decir que no me puedo enamorar de otra cultura porque, de hecho, ya me pasó", apuntó el autor del libro rememorando algunos de sus recientes viajes a Brasil.
A sus 32 años, este viajero incansable que se define como ambicioso, curioso y con muchas ganas de relacionarse con otra gente activa, describe su relación con el gigante del Cono Sur como "rara" por ser un "yanqui" enamorado del país del tango y la yerba mate y se siente tan argentinizado como para creer que en otra vida fue realmente argentino.
Luke lo dice, además, en un perfecto español con acento argentino.
"Cuando hablo castellano acá en Argentina me siento que realmente soy yo, no sé porqué", recalcó el estadounidense con el corazón dividido, mitad y mitad, entre su adorada Nueva York y Buenos Aires.
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