El papa Francisco habló ayer en el Vaticano con un grupo de jóvenes “youtubers” de cuatro continentes, todos con centenares de miles o incluso millones de seguidores, y les animó a contribuir a un mundo mejor con sus videos, mediante una apuesta por la integración y el diálogo.
Francisco recibió en una audiencia privada a los jóvenes, quienes le pidieron consejos sobre problemas globales como el acoso y la discriminación y también acerca de cómo ayudar a una persona que sufre o está sin esperanza y cómo aprovechar la influencia que les da tener tantos seguidores en YouTube para mejorar el mundo.
Después, en la clausura del VI Congreso Mundial de Scholas Occurrentes, en el que han participado este fin de semana en Roma jóvenes de 190 países, el Papa habló en público con dos de las estrellas de la plataforma para compartir videos YouTube y les hizo “una confidencia”: “Por responsabilidad” nunca se le ha ocurrido renunciar como jefe de la Iglesia Católica.
También dijo en respuesta a una de las jóvenes creadoras de contenidos para YouTube que antes de ser elegido Papa nunca se le ocurrió que podía ser él, pero después Dios le dio “una paz que hasta el día de hoy” le dura.
Francisco hizo hincapié en su mensaje a estos “youtubers”, que influyen en millones de personas, para que traten de dar a sus seguidores un sentido de pertenencia, pues para tener identidad es fundamental pertenecer a un grupo, aunque sea virtual.
“Una persona sin identidad no tiene futuro”, dijo. Subrayó la importancia de la “unidad”, lo que no significa “uniformidad”, y animó a hacer uso del “lenguaje de los gestos” cuando las palabras sobran o no bastan.
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